“Los pueblos felices no tienen sociología, tienen costumbres, instituciones y leyes”- Molière.
Hace varios años, cuando López Obrador era oposición, dijo: “..al diablo con sus instituciones..”, y desde que asumió la Presidencia de la República, ha aprovechado toda oportunidad y foro, para criticar a diversas instituciones creadas con anterioridad a su gobierno; pero de manera reciente, ha actuado en el sentido de llevar a México a dar pasos hacia atrás en temas de derechos humanos, económicos, políticos, sociales, entre otros.
Dicho retroceso, no es atribuible sólo a él, también a su partido MORENA y a sus representantes, tanto en las cámaras legislativas como en el gobierno federal; en el tiempo que llevan de ejercer el gobierno, MORENA tiene ya bastantes ejemplos, de cómo tratar de arreglar algo que no está descompuesto, logrando precisamente, descomponerlo; aunque se trate de instituciones, y que hoy se busca, someterlas o desaparecerlas.
Hace unos días, el senador de MORENA Ricardo Monreal, anunció una iniciativa para reformar el artículo 28 de la Constitución Federal, para desaparecer a la Comisión Federal de Competencia Económica, al Instituto Federal de Telecomunicaciones y a la Comisión Reguladora de Energía, que son organismos autónomos, para crear el Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar.
La justificación de la iniciativa, es evitar duplicidad de funciones y generar ahorros que dice serán de varios millones de pesos anuales, todo bajo el argumento de la política de austeridad; perdiendo de vista que, en ocasiones, lo barato suele salir caro, como lo estamos viviendo con múltiples decisiones que se han tomado, sin sustento técnico y donde la consecuencia resulta costosa en diversos sentidos.
Muchos especialistas, y organizaciones de la sociedad civil, han señalado que ésta iniciativa desconoce el origen y el contexto de las instituciones que se pretenden desaparecer, bajo el argumento de una fusión, y la consideran un retroceso en materia de derechos humanos.
Ante las múltiples críticas por dejar de lado la especialización técnica y la experiencia requerida para cada organismo, y crear uno solo con perfil de todólogo; el senador tuvo que señalar que la mandaría a la congeladora, aunque AMLO ya se había pronunciado en el sentido de respaldarla por el solo hecho de que generaría ahorros.
La intención es clara, sobre todo si se considera que hace unos días, López Obrador señaló que impulsaría cambios en el Sistema Nacional Anticorrupción y volvió a criticar al INE y al INAI por sus presupuestos y burocracia; sin dejar de lado lo dicho sobre el Consejo Nacional Para Prevenir La Discriminación, del que fingió desconocer su nombre y su objetivo.
Si alguna institución no funciona adecuadamente, es necesario corregirle el rumbo; pero en este momento, somos testigos de cómo López Obrador intenta controlar aquellas instituciones que le resultan incómodas, sin mostrar prueba alguna de las irregularidades que dice que cometen; y en caso de que no lo logre, sabemos que buscará desaparecerlas, ya sea por si, o por interposita persona.