A pesar del gol de Mingueza, las dianas de Benzema y Kroos en el primer tiempo han resultado definitivas, en un clásico pasado por agua.
Derrota del Barça en el Alfredo di Stéfano (2-1), en la jornada 30 de la Liga, en un partido difícil de jugar, con varios contratiempos. Los primeros, los dos goles en contra antes del descanso. Después, las duras condiciones climatológicas de lluvia y viento de la reanudación. Aunque Mingueza, en la segunda parte, ha reducido las diferencias en un marcador que Benzema y Kroos habían movido, el Barça, que lo ha intentado hasta el final, ha acabado cayendo en el Clásico de Valdebebas.
El Real Madrid ha golpeado muy temprano, antes del primer cuarto de hora de juego, y ha obligado a los de Koeman a ir a remolque. Y eso que ha empezado bien, poniendo a prueba los reflejos de Courtois, pero la efectividad blanca en la otra área ha sido un contratiempo para los azulgrana: centro de Lucas Vázquez al interior del área que Benzema, con una remate de tacón desde el primer palo, ha transformado en el 1-0 (min 13).
Pero, a pesar de esta acción, el Barça ha continuado buscando el gol ante un Madrid concentrado defensivamente. Un plan de Zidane que ha salido bien, más aún cuando en una falta en la frontal sobre Vinicius, después de que iniciara un contragolpe, se han ampliado las distancias mediante Kroos (2-0, min 27).
Resultado que ha marcado el descanso, a pesar de que Ter Stegen ha salvado el tercero tras una nueva contra blanca, en un disparo de Lucas Vázquez (min 34), y Messi ha estado a punto de hacer un gol olímpico (min 47).
En la reanudación, y ya con la entrada de Griezmann, el Barça ha puesto una marcha más y lo ha seguido intentando, a pesar de las condiciones climatológicas adversas, con mucha lluvia y viento. Los de Koeman, sin embargo, han encontrado el premio a la insistencia y, en un centro de Jordi Alba que Griezmann ha dejado pasar, Mingueza ha reducido diferencias (2-1, min 59), el día de su primer Clásico (y como titular).
Un gol que ha sido la gasolina definitiva que necesitaba el Barça, que ha pasado prácticamente a monopolizar el ataque. Los de Zidane, sin embargo, han seguido llevando peligro en las recuperaciones y en las jugadas por velocidad, así como en las acciones a balón parado.
A medida que han ido pasando los minutos ha costado más jugar sobre un césped muy mojado. Pero los azulgrana lo han seguido intentando hasta el final, por todos lados: disparos lejanos, faltas, centros al interior del área de Jordi Alba y Sergi Roberto, recuperaciones e incluso un balón al larguero de Ilaix Moriba en la última jugada de un partido pasado por agua. Ante esto, el Madrid ha aguantado bien y el resultado no se ha movido para hacer que el Clásico se quede en Valdebebas.