“¡Ay de los que nunca están faltos de razón! Siempre están equivocados”. -Príncipe De Ligne.
Vicente Esqueda Méndez | Invitado Especial
En los últimos días, se dió a conocer la discusión y aprobación en la Cámara de Diputados Federal, de iniciativas del partido MORENA para desaparecer 109 fideicomisos públicos, destinados a apoyar temas diversos como la investigación, financiamiento rural, desastres naturales, derechos humanos y periodistas, minería, pensiones, cine, deporte, mypimes, y áreas metropolitanas del país.
Como antecedente, debe señalarse que López Obrador ordenó la publicación de un decreto el 2 de abril de este año, para extinguir fideicomisos bajo el argumento de la austeridad y la transparencia; dejando excluidos a los constituidos por mandato de ley, porque no tenía facultades para ello.
Por eso ahora, y aunque hubo manifestaciones en contra de instituciones civiles, colectivos como “#NoNosPoliticen”, investigadores, artistas, periodistas, ex ministros, y defensores de derechos humanos; la mayoría de diputados del partido del Presidente siguieron sus instrucciones, dando la espalda a diversos sectores de la sociedad mexicana, al aprobar la extinción de los fideicomisos creados por ley, que eran los que le faltaban.
De acuerdo con la ley, los fideicomisos y fondos de inversión similares, tenían como objetivo impulsar las áreas prioritarias y estratégicas del desarrollo, permitiendo etiquetar y comprometer el gasto gubernamental, ya que mediante esa figura, los recursos no gastados en un ejercicio fiscal, no tendrían que regresarse a la Tesorería Federal, permanenciendo en el fideicomiso.
El monto aproximado de los 109 fideicomisos que se extinguen es de 69 mil millones de pesos, y si tomamos en cuenta el intento de último minuto de los diputados de MORENA por también desaparecer el fondo de protección contra gastos catastróficos que es de 100 mil millones de pesos y que al final no les fue favorable; es evidente la gran necesidad que tiene López Obrador de dinero sin etiquetar.
Y aunque el Presidente ha dicho que se está haciendo una revisión para saber si estaban bien aplicados los fondos, y evitar que aviadores sigan operando; la realidad es, que se hicieron las cosas al revés; primero debió hacerse un análisis considerando la información de las auditorías a los fideicomisos, y después determinar objetivamente cuales debían extinguirse.
Se avecina un problema relacionado con la enorme cantidad de recursos que debido a la extinción de los fideicomisos, pasará de inmediato al Gobierno Federal sin que sepan en qué lo van a usar; y tomando en cuenta el manejo discrecional de dinero que hemos visto, es probable que acabe siendo mal empleado con un enfoque electoral, dejando olvidadas la eficiencia, transparencia y rendición de cuentas, que eran supuestamente el objetivo.