“Los campeones del socialismo se llaman a sí mismos progresistas, pero recomiendan un sistema que se caracteriza por un rígido cumplimiento de la rutina y por una resistencia a todo tipo de mejora.”- Ludwig von Mises.
Hace unos días, López Obrador dio a conocer lo que considera un nuevo modelo económico a aplicar en México, el cual sustenta en su ensayo: “La nueva política económica en los tiempos del coronavirus” en el que señala que la pandemia, no es la causante de origen de la crisis económica mundial, y vuelve a culpar al neoliberalismo de los problemas que vive el mundo y nuestro país.
Menciona como fórmula para salir de la crisis, la suma de la democracia, justicia, honestidad, austeridad y bienestar. En su “ensayo” se hacen afirmaciones, como que la corrupción y el influyentismo ya se terminaron, y que el robo de combustibles se redujo en un 95%.
También señala que se ha ahorrado mucho, en las compras consolidadas de medicinas, materiales de curación y equipo médico, algo que en este momento es sumamente cuestionado; no sólo por la carencia de medicinas y equipos necesarios para enfrentar la pandemia, sino por los demás requeridos para enfermedades como cáncer o VIH, entre otras.
Señala que gracias al dinero entregado por los programas sociales, se ha tenido éxito en la estrategia para mitigar contagios de COVID 19, lo cual no puede darse por cierto todavía; ya que este dato deberá analizarse, una vez que concluya la pandemia.
Otra afirmación, que más que arriesgada busca confundir, es dar por hecho que automáticamente a partir del 1 de julio, fecha de entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio, se generarán inversiones y nuevos empleos; y aunque es lo deseable, esta crisis afectó globalmente, y sus efectos y las decisiones que se deriven, son en este momento inciertas, por lo que se debe ser cauto en ello.
En cuanto al tema del bienestar, descalifica el dato del Producto Interno Bruto, que sirve para medir el crecimiento económico de un país, y que es un estándar mundial, porque no permite analizar la distribución de la riqueza; sin embargo, existen otros indicadores que lo hacen y no se citan adecuadamente; y señala que su objetivo es buscar la felicidad y el bienestar del alma de la gente, algo completamente relativo.
Creo que la intención de no dar valor al PIB, se debe a que México en este momento se encuentra en una crisis económica en donde ese valor es negativo, y ante ello, surge la idea distractora, de crear un nuevo modelo económico; pero lo preocupante es, que no se señala la forma por la cual se evaluarán los 5 elementos que integran su propuesta.
Ante ello, resulta aplicable la frase de William Thomson Kelvin que dice: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”.
