“Uno de los más grandes errores es juzgar a los políticos y sus programas por sus intenciones, en vez que por sus resultados.”-Milton Friedman.
En diciembre de 2019, López Obrador fue cuestionado sobre la resolución de la Secretaría de la Función Pública, que exoneraba a Manuel Bartlet titular de la CFE, no obstante que había omitido mencionar en su declaración patrimonial, múltiples inmuebles y empresas en las que participaba él, su pareja y sus hijos; respondiendo que había que ser muy objetivos, y profesionales, y que ya no había corrupción arriba.
Sin embargo, a finales de mayo de este año, AMLO fue cuestionado sobre los resultados de una encuesta del INEGI en la que aumentó el número de víctimas de corrupción durante el 2019; es decir, ya durante su gestión; respondiendo que cada quien interpreta los resultados como quiere y que iba de arriba a abajo, como se barren las escaleras, que arriba ya no había corrupción, pero que en los gobiernos locales todavía existían malas prácticas.
El operativo realizado en Guanajuato, entre la SEDENA, Guardia Nacional y Fiscalía del Estado, según comunicado de prensa de la propia SEDENA, ha dejado al descubierto lo que parece una serie de errores que motivaron la liberación de las personas detenidas; pero una vez más, el Presidente hizo la acusación sin pruebas de que era una cuestión atribuible al Estado.
Al haber señalado López Obrador que se hiciera una investigación sobre el tema y pedir de manera expresa una limpia en las instituciones de seguridad estatales, olvida por completo el papel que debiera tener como Jefe de un Estado Federal, y mete el tema de la seguridad en una dinámica política, obligando al Fiscal General de la República, a que participe también en ese “show” mediático.
Desde hace algún tiempo, han sido evidentes las diferencias entre el Fiscal General de la República y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, pero recientemente el Lic. Gertz Manero se quejó abiertamente de que las denuncias presentadas por dicha unidad, no iban acompañadas de las pruebas suficientes, justificando por ende el poco avance en las investigaciones; habrá que ver lo que dice el presidente.
López Obrador ha empleado en muchas ocasiones, esa técnica de distracción de los temas realmente importantes, y ha abusado de dar sus propios datos, informes y frases, para perjudicar a quien considera sus adversarios, sin tomar en cuenta que su papel es el de generar sinergia con todas las autoridades de este país, en favor de los mexicanos.
Cuando se genera un hecho de violencia en un lugar gobernado por MORENA, como recientemente en la Ciudad de México; dijo que era porque se estaban haciendo bien las cosas, y cuando el hecho delictuoso se comete en una entidad gobernada por otro partido, señala cualquier cosa para criticar.
Todo tipo de delincuencia que se comete en este país, desde Baja California hasta Quintana Roo es también responsabilidad del gobierno federal, razón que usó para justificar la Guardia Nacional y recientemente la salida del ejército a las calles; y obviamente exclusiva, cuando se trata de delitos del fuero federal.
El tema de la inseguridad aqueja al país por completo; no es momento y nunca lo ha sido, para estar divididos en un tema tan sensible como éste, que por el contrario, exige el compromiso y la colaboración entre autoridades, por el tipo de información que se maneja.
Si va a haber una investigación en todas las liberaciones de detenidos que se hacen en este país, y de aquellas investigaciones que no proceden; adelante, pero será importante, que primero se demuestre que arriba ya está bien limpio, y que los resultados se hagan públicos con verdadera objetividad y un real profesionalismo.
