“No es para presumir, pero en el peor momento contamos con el mejor gobierno”- Andrés Manuel López Obrador
Vicente Esqueda Méndez | Invitado Especial
El pasado 1 de septiembre, el gobierno que encabeza López Obrador presentó ante el Congreso de la Unión el documento que contiene, de conformidad con lo que señala la Constitución, un informe sobre el estado que guarda la administración pública federal.
Ese mismo día por la mañana, el presidente dio un mensaje político en relación a su segundo informe de gobierno; tomando en cuenta la situación tan compleja que ha vivido nuestro país desde su anterior informe, se esperaba información que brindara conocimiento sobre el estado de la nación.
Sin embargo, todos los que estuvimos al pendiente del contenido de su mensaje, nos quedamos con las ganas como coloquialmente se dice, porque no hubo objetividad en la información que proporcionó, lo que nos lleva por consecuencia, a poner en tela de juicio los datos y cifras que manejó respecto de los programas de gobierno, durante el año que se informó.
De inicio, fue un exceso haber señalado que ha cumplido con 95 de los 100 compromisos que hizo cuando rindió protesta de su cargo, en diciembre de 2018; ya que, si se analizan uno por uno, lo que queda en evidencia, es su incumplimiento a muchos de ellos, por ejemplo, el de mantener las estancias infantiles para madres que trabajan, o el de poner en funcionamiento 100 universidades públicas con programas acordes a cada región.
Haber dicho que su gobierno no iba a ser recordado por corrupto, resultó irónico, porque en la mente de muchos mexicanos, se encuentra presente Manuel Bartlett con todo el historial que posee, y que en este gobierno es el director de la CFE, o el más reciente caso de su hermano Pío, grabado recibiendo dinero que no fue reportado y que se presume financió ilegalmente a su partido y a él mismo.
La expresión de que su gobierno no se mueve por persecuciones o venganzas políticas, justo en este momento, en que se encuentra promoviendo una consulta popular para juzgar a expresidentes, resulta de lo más incongruente que se pueda pensar, y sin embargo lo dijo con total vehemencia.
En cuanto a los temas de economía y salud, su mensaje fue ajeno a la realidad, pues dijo a manera de consuelo, sin dimensionar el número de cierres de empresas y de desempleados, que hubo un menor daño económico que en algunos países europeos; y en relación a la pandemia, no obstante el número de muertos, señaló que las decisiones habían sido tomadas por un equipo de profesionales con experiencia, pero que había que cuidar la alimentación y no consumir productos chatarra.
No hay mucho qué comentar sobre un mensaje plagado de verdades a medias y de autoelogios, y en cuanto al documento que formalmente es el informe, basta con leer las 7 páginas correspondientes a la presentación, para darse cuenta de que pretenden convencernos de que la cuarta transformación es una realidad y una maravilla; lo malo es, que saben que sólo es en el papel y en el discurso, porque la verdad la vivimos los mexicanos.